PRACTICANDO LA ESCUELA IDENTITARIA
"Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre
esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra
ella." (Mateo 16:18)
En un Artículo anterior hablabamos de la necesidad de Crear una
escuela "Identitaria Hispánica" pues para definirse como IDENTITARIOS, o
PATRIOTAS, etc., necesitamos en un principio de unos mínimos postulados
que definan lo que
es la Identidad y/o el verdadero patriotismo.
Algunos por ahí van creando programas
electorales y los confunden con los principios. Los programas
electorales son tácticos y los podemos cambiar cada día mientras que los
principios son los cimientos en donde fijaremos nuestra casa, nuestro
cuartel o nuestro castillo y en base a ellos y a su adhesión
desarrollaremos una estrategia y una o mil tácticas en función del
momento histórico.
Como deciamos, necesitamos de un proceso de Reconstrucción Nacional, pero
para inicial ese camino necesitamos de lo que podríamos llamar
"ESCUELA PATRIÓTICA SOCIAL IDENTITARIA de referencia. Es decir, se
necesita una guia, una escuela formada por pensadores, historiadores e
investigadores que se sumerjan en nuestra historia, en nuestra identidad
y teorizen sobre cual ha de ser el camino a seguir.
Por
decirlo de forma clara, necesitamos de una "IDEOLOGÍA IDENTITARIA
HISPÁNICA", un marco de referencia y de cimientos sólidos basados en
nuestra identidad y nuestra história y apartir de ahí podamos
proyectar la lucha política en diferentes frentes.
Los edificios se montan por los cimientos y no al revés. La casa no se empieza por el tejado sino por los cimientos ("Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre
esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra
ella." (Mateo 16:18)).
Aun que
parezca mentira algunos basan su actividad política en sentimientos,
hablan de "los nuestros" sin que sepamos quienes son "de los nuestros",
nos dicen que "ya veremos como nos definimos y que hay detras de esa
definición", confundiendo la táctica con los principios. Nos hablan de
identidad y posiblemente cuando descubran nuestra verdadera identidad
verán que en el fondo no son de los nuestros. En el fondo esto ocurre
por que han asumido los principios Post Modernos, son hombre líquidos,
sin capacidad de arraigarse a nada, incapaces de ser sólidos en sus
principios, su acción se basa en el egoismo individualista, en lo que
les conviene en cada momento. Someterse a valores, principios o
ideología es una dura carga para ellos por eso son líquidos pues se
adaptan a todo. Si es necesario jurar la constitución lo hacen, si es
necesario traicionar lo que dicen defender lo harán y nos dirán que es
por que se estan infiltando, etc, etc.
Por todo ello
reiteramos la importancia de esa Escuela identitaria, para determinar
los valores y cimientos en los que se ha basado siempre la Causa de Las
Españas, y después con tácticas actuales ir conquistado y liberando
zonas en diferentes frentes.
Hoy podemos tener
diferentes referentes, intelectuales que estan viendo el problema y que
los necesitamos para poder forjar esa escuela.
No cabe decir que tenemos dos o tres referentes claros. Personas con nombre y apellidos.
Una
de esas personas es Juan manuel de Prada del cual dejamos en este
artículo algunos de sus escritos que podriamos encuadrar dentro de lo
que denominamos Escuela Patriótica Identitaria. No tenemos su permiso
pero por su relevancia los publicamos e indicamos la fuente en donde
podréis encontrarlos. A medida que encontremos algunos similarés los iremos añadiendo.
Treinta años de esclavitud por Juan Manuel de Prada
"La UE nos ha destruido políticamente,
arruinado nuestra economía natural y aniquilado todo vestigio de
justicia social"
Se anda celebrando en estos días el trigésimo aniversario de la «adhesión de España» a la Unión Europea, que es tanto como si el sifilítico terminal celebrase la fecha en la que contrajo el treponema.
Treinta años de sometimiento y esclavitud, de desnaturalización y
extrañamiento que han dejado a España convertida en un harapo en todos
los órdenes, una colonia de cipayos que, mientras son ordeñados
concienzudamente, mientras son despojados de sus tradiciones, mientras
contemplan los muros desmoronados de la patria, siguen farfullando
memeces sobre los años de «prosperidad» que la «adhesión» nos ha
brindado y (risum teneatis) sobre una Europa de fantasía fundada en el
cristianismo, la filosofía griega y el derecho romano. Como diría Manolo
Morán en Bienvenido, míster Marshall: «Cursiladas y mamarrachadas».
Europa (la
Europa verdadera, no esa versión de merengue que se han inventado los
noños y los meapilas) nació de la ruptura con el cristianismo, la
filosofía griega y el derecho romano. La Europa verdadera nació
–como muy bien explica Elías de Tejada– de la ruptura religiosa de
Lutero, la ruptura ética de Maquiavelo, la ruptura política de Bodino,
la ruptura jurídica de Hobbes y la ruptura social de la Paz de Westfalia;
y estas cinco rupturas hallarían su desembocadura común en los procesos
revolucionarios, de neta inspiración antiespañola. Pues el propósito de
Europa fue siempre destruir España, algo que empezó a lograr a
comienzos del XIX, hasta la rendición definitiva, consumada con la
«adhesión» (en realidad rendición) de España a la UE.
El profesor Miguel Ayuso, en El Estado en su laberinto,
ha estudiado los destrozos políticos que ha causado nuestra rendición a
la UE. Europa ha sido, en efecto, la culpable principal del clima
«postestatal» que se respira en España, mediante la «transferencia de
competencias estatales que implican su abandono y no una simple
delegación» a brumosos organismos burocráticos con sede en Bruselas; así
como de la dispersión del poder político en grotescos entes autonómicos
que sólo se reconocen en una supranacionalidad europea igualmente
grotesca. Toda esta desnaturalización y desintegración política
–nos refiere Ayuso– nos ha convertido en rehenes de «organismos
supranacionales que se han evidenciado vacíos de toda idea moral, como
no lo sea la muy vaga y hasta aniquilante del pacifismo a ultranza».
Esta debilitación del Estado –señala también Ayuso– ha culminado con
«la rendición de la política a la administración del economicismo» al
servicio de un neolibelismo globalizador que favorece a las grandes
corporaciones multinacionales, a costa de desbaratar la economía natural
de las naciones.
La UE nos ha
destruido políticamente; ha arruinado nuestra economía natural
(sobornando a agricultores y ganaderos, cerrando nuestras fábricas y
convirtiéndonos en suministradores de «servicios»); ha
aniquilado todo vestigio de justicia social (todas las reformas
laborales que hemos padecido han sido impuestas por los peleles de
Bruselas, al servicio de la plutocracia internacional); y, en fin, ha
arrasado nuestras tradiciones seculares, convirtiéndonos en masa
cretinizada, desdiosada y «multicultural». ¡Ah, y nos ha facilitado el «acceso libre al porno», como señaló orgulloso el botarate que preside el Partido Popular Europeo!
Ese descenso
a la mierda es lo que celebramos en estos días. Pobre España,
humillada, mendicante y genuflexa, convertida en sanatorio de
sifilíticos terminales que le ponen una tarta con velitas al treponema
que los convirtió en eunucos.
Juan Manuel de Prada
Fuente: http://www.abc.es/lasfirmasdeabc/20150616/abci-treinta-anos-esclavitud-201506152142.html
UNA LEY BIOLÓGICA INFALIBLE, por Juan Manuel de Prada
(ABC, 16 de julio de 2016)
No deja de tener su lectura siniestra que esta hecatombe de Niza se
haya perpetrado mientras las víctimas conmemoraban la Revolución, que es
como si el sifilítico celebrase el día en que contrajo la sífilis. La
Revolución prometió a sus hijos que, después de derruir el orden
antiguo, alzaría sobre sus escombros un nuevo
mundo paradisíaco con una torre que llegase al cielo, en la que sus
hijos podrían encaramarse, para creerse dioses; pero, a la postre, aquel
mundo paradisíaco y aquella torre endiosadora se han convertido en un
camión que pasa por encima de los hijos de la Revolución, reventándolos
como si fuesen cucarachas.
También tiene su lectura siniestra
que, mientras el islamista de Niza reventaba hijos de la Revolución, en
el pudridero llamado Occidente andemos aprobando leyes para que
perviertan a nuestros niños en la escuela, o cambiando los rótulos de
los retretes, para que chorras y chorros, naturales o de quirófano,
puedan alternar en amor y compaña. Este Occidente huérfano de certezas,
tembloroso como un junco, aferrado a sus vicios embrutecedores, está
fiambre; y el islamista de Niza sólo ha venido a recordárnoslo,
aplastándonos con un camión, como los sepultureros aplastan con una pala
los huesos podridos de las fosas comunes, para hacer hueco a los nuevos
cadáveres.
Occidente se muere, ensimismado en el disfrute de
sus derechos de bragueta y sus migajillas de bienestar material (que son
como las uvas de las campanadas de fin de año). Lo más delirante es
que, en un aspaviento ante la galería, este Occidente atufado por los
miasmas de su propia decadencia se pone estupendo. Así ocurrió, por
ejemplo, cuando Trump prometió que no dejaría entrar musulmanes en
Estados Unidos, si resultaba elegido presidente. De inmediato, nuestras
plañideras de la corrección política empezaron a lloriquear y a rasgarse
las vestiduras; pero llegará el día en que pidan a la desesperada, de
rodillas y con las vestiduras manchadas de caquita, que aquella promesa
de Trump se haga realidad (o tal vez prefieran convertirse directamente a
la secta de Mahoma, comiéndose con patatas su laicismo). Lo que parece
imposible es que surja de este Occidente desfondado ninguna reacción
digna y valerosa; pues aquí sólo tenemos dos soluciones, ambas
defecatorias: o cagarnos de miedo por la pata abajo o cagar bombas en
algún paraje remoto del atlas, a modo de represalia grotesca.
Pero la única solución digna y valerosa, el único modo que tiene
Occidente de combatir a su enemigo es recuperar su tradición cristiana.
Es una ley biológica infalible que las civilizaciones las fundan las
religiones; y que se extinguen cuando muere la religión que las fundó.
Así ha ocurrido a lo largo de todos los crepúsculos de la Historia, sin
excepción alguna, y así seguirá ocurriendo, mientras el mundo sea mundo.
La Revolución que ayer conmemoraban en Niza concibió el sueño demente
de sostener una civilización sobre un vacío religioso, o sobre el
sucedáneo idolátrico de la democracia. Pero ese sueño no ha tardado en
convertirse en pesadilla; y sobre los escombros de la civilización
fundada por la Cruz no se alzará la torre del endiosamiento humano, sino
una media luna chorreante de sangre, que iluminará con su luz cárdena
el pudridero donde yace nuestra apostasía, aplastada sobre el asfalto
como una cucaracha.
Mientras llega ese día, podemos seguir
cambiando los rótulos de los retretes, o dejando que perviertan en la
escuela a nuestros hijos. Pues, al parecer, Occidente se ha propuesto
morir ahogado en el vómito terminal de un paganismo con olor a ojete
desflorado y papiloma sonámbulo.
Juan Manuel de Prada
https://www.facebook.com/393349994084769/photos/a.617054201714346.1073741825.393349994084769/1074314769321618/?type=3&theater
No hay comentarios