Un
niño huérfano, sin un lugar al que llamar "casa", sin padre ni madre ni
hermanos, sin abuelos, sin familia. Solito. Indefensión absoluta.
Un mundo de niños huérfanos, de apátridas sin identidad cultural ni racial, sin un lugar al que llamar casa ni un pueblo al que llamar familia.
Algunos corren engañados a abrazar esta orfandad, a renegar de su padre y de su hogar, de su madre y de su tierra y de su identidad para tirarse de cabeza al pozo de esclavitud, soledad y muerte que los malvados han marcado con el letrero de "Progreso."
Ser patriota no es sólo cuestión de corazón. La razón también le respalda.
Patriotas, defended vuestro hogar, vuestro legado, a vuestra familia y, aunque a veces os pueda costar, cuidad de vuestros hermanos pequeños.
Ahora sois los cabezas de familia.
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